ANGELIKA






Lemas

Curar las heridas del pasado
Beneficiarse de los tesoros de experiencias pasadas
Transformación
Aprender

La energía de Angelica

Cura las heridas de vivencias pasadas, da por finalizadas pautas de aprendizaje aún inacabadas y permite que seamos conscientes de las experiencias ya vividas.

Con su ayuda podremos aceptar el pasado sin establecer valoraciones, podremos llegar a entender la historia. Las experiencias serán integradas en nuestra vida y trataremos de sacar un beneficio de ellas.

Indicaciones para la situación

Existen situaciones de nuestro pasado que mantenemos ocultas. No les prestamos atención pues están relacionadas con sentimientos -dolorosos o desagradables-.

Sin embargo, cada vivencia alberga un tesoro para nosotros, una experiencia, un paso hacia delante en nuestro crecimiento. Cuando se curan las heridas del pasado, conseguimos ser conscientes de los hechos acontecidos y podemos aprender de ellos.

Hasta que no seamos capaces de esto, nos seguiremos encontrando con situaciones o personas iguales o parecidas.

Transformarse significa liberar el pasado de cargas emocionales -desagradables y agradables y sacar provecho de las experiencias valiosas.

¿Qué acontecimientos del pasado has mantenido ocultos? ¿De qué preferirías no acordarte? ¿Qué aprendiste por aquel entonces, qué experiencia se esconde detrás? ¿Qué quieres aprender en esa situación momentánea? ¿Qué experiencias del pasado te pueden servir de ayuda en el momento?

Interpretación de la carta

La mujer de la carta atraviesa el espacio del tiempo (reloj de arena). En el largo pasillo las ventanas enrejadas hacen posible contemplar el propio pasado, las partes iluminadas y las partes que no están tan claras.

El crecimiento y la transformación tienen lugar gracias a una observación detallada y a un enfrentamiento con la propia historia de uno, con las experiencias de esta y de una vida pasada. Así lo pretenden demostrar los capullos de gusano de seda que caen hacia abajo desde las bóvedas.

Sin embargo, la mujer no mira en esa dirección. Su mirada se centra en el corazón partido que podemos ver en la parte inferior izquierda de la carta. Su cabello, símbolo de la antena que hace posible la percepción espiritual, la intuición, lo lleva recogido.

La mujer se encuentra de espaldas al observador, como si pretendiese marcharse, huir del «aquí» y del momento actual. También parece ignorar a la mariposa de la transformación que descansa sobre su capa.

Pero aunque la mirada de la mujer se encuentre inmersa en ese corazón roto, aún posee la capacidad de la transformación y los tesoros que le aportan sus propias experiencias. Su abrigo o capa es comparable al universo.

Ella porta la ya transformada mariposa y no el símbolo de la oruga o del capullo de gusano. Sus cabellos están enroscados en forma de caracoles (símbolo de la renovación), y del tiempo (reloj de arena) salen destellos de luz.

Tan solo es una cuestión de tiempo saber cuándo se van a curar y solucionar las heridas emocionales, cuándo se dirigirá de nuevo nuestra mirada hacia la sabiduría y a los tesoros de nuestras experiencias.


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Extraído http://www.metirta.com/04-angelika-maestros-ascendidos.php





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