Pilares de Espiritualidad Por el Divino Maestro Jesús de Nazareth








Cátedra, Montevideo, Uruguay. 10 de Octubre del 2.002.Canalización por Jaime Díaz



Las Antorchas que iluminan el Cosmos se encienden en el instante mismo en que las almas van en pos del Amor. Es así que en este instante esas antorchas se llenan de Luz porque vosotros estáis en busca del Amor.
Es así como en este instante se ilumina vuestro interno con la Luz radiante del Espíritu para penetrar en lo más profundo de vuestro ser y encontrar vuestro propio camino, encontrar el sendero que vuestros pies deben acariciar e ir dejando su huella, el sendero maravilloso de la Evolución Espiritual. Es así como se abre la Puerta de los Cielos para recibir al caminante que agobiado va por los caminos de la vida, hacia el camino sin final, el camino de la Eternidad.


El camino que desde siempre y para siempre el Espíritu ha de andar. Es así que vosotros, desde la noche de los tiempos, surgiendo desde la oscuridad de vuestra conciencia vais despertando un poco más, en este plano de manifestación material, hacia esa eternidad. Desde la noche de los tiempos, perdidos en la oscuridad y en la lejanía, así es vuestra conciencia que ha ido despertando lentamente hasta llegar al estado refulgente en que hoy os encontráis, llenos de gloria, gloria porque tenéis la Luz en el entendimiento, porque tenéis el Amor en vuestro corazón.  Y esto tal vez os resulte poco, en comparación con vuestras aspiraciones, y os sintáis minúsculos ante el sueño de vuestra propia grandeza;  os sintáis inmerecedores, comparando el Ser al que aspiráis llegar en relación con vuestras pobrezas humanas que hoy tenéis, mas os digo Bienaventurados discípulos muy amados en quienes me complazco derramando mi Amor, que sois vosotros los merecedores de esta Luz porque ha tiempo que habéis venido siguiendo la estela de Paz y de Amor que a mi paso os voy dejando.



Al invitar y llamar a aquéllos que sus redes en el mar de la vida quieren echar, y vosotros respondéis al llamado, vosotros estáis respondiendo al Silencio que hay en vuestro interno, a la Voz que resuena en el Silencio, buscando la Luz en el Sendero, en vuestro propio Sendero Espiritual. Es por eso que os engrandecéis, es por eso que os hacéis como Gigantes, más allá de lo que os conceptuáis a vosotros mismos, que muchas veces no os concebís en las dimensiones adecuadas de vuestra propia grandeza, llenándoos de humildad y de sencillez, dando cumplimiento a la enseñanza “no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha”, y así vosotros mismos no os ensalzáis ni os ponéis frente a un espejo para adularos, para daros reconocimiento, para daros aliento a vosotros mismos, propiciando el autoconsuelo y la autoconmiseración. Pero en todo esto vais encontrando esta Grandeza porque no necesitáis engañaros a vosotros mismos, porque no necesitáis del reconocimiento externo, cuando he aquí que estoy entre vosotros.

Bien sabéis, porque os lo he dicho, Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida Eterna. Aquél que a Mí viene, encontrará esa Vida Eterna.  Vosotros que vais caminando desde siempre y para siempre, como Entidades Espirituales, os digo que vais marcando con vuestros pasos el Sendero hacia la eternidad, y a veces os preguntáis si realmente estáis en el camino, en el Sendero que os vengo a señalar. A veces os preguntáis si no tal vez habéis equivocado vuestros pasos; surge la duda, surge la inquietud.

En estos tiempos de turbación, en estos tiempos en que las mentes caen en desasosiego, se genera gran turbulencia y todos los conceptos se precipitan sobre el hombre tratando de apabullarlo, tratando de aniquilarlo, sometiéndolo al más profundo materialismo. Haciendo que su razón funcione al máximo y tratando de someter todo a una explicación lógica, a una explicación secuenciada a fin de encontrar la punta, el principio, la causa primera de todo cuanto existe, la causa primera de todas las causas, sin que finalmente la razón pueda llegar a tal profundidad y tal vez en algunos el desquiciamiento o la frustración aparecen, por no poder pasar más allá de las barreras que imponen las dimensiones de su intelecto material. Más no suceda esto en vuestro corazón y en vuestro entendimiento.


Bien os dije que tendríais en estos tiempos confusión, que sería una vorágine, como un remolino que trataría de succionaros hacia el centro, de engullir a todo aquél que en su osadía precipitadamente tratase de reducir toda la grandeza espiritual a una síntesis insulsa, a una síntesis intrascendente de conceptos lacónicos que tratan de explicar brevemente lo que es la eternidad, lo que es lo infinito, y todo esto trasciende al intelecto, al entendimiento y a la razón, y hay que despojarse de todo esto a través de la apacible meditación-adoración, de relajar el interno, a fin de que surgiendo las alas del arcángel, podáis entonces conquistar las alturas a las cuales no puede llegar el entendimiento, y es necesario sentir, es necesario percibir en la sutileza de vuestra propia profundidad espiritual, más que de concebir, más que de percibir formas, habréis de sentir los efluvios del Amor, la emoción que embarga vuestro interno en la contemplación sublime de la Luz, la Luz Espiritual que llegando como un rayo desde las alturas se hiende en vuestro pecho para profundizar y llegar a lo más hondo de vuestro ser alcanzando las fibras más internas de vuestra conciencia, para que cual cuerdas pulsadas de un instrumento, viertan su melodía celestial y a la Luz de la inspiración del Verbo Divino, puedan entonces cautivar a las almas benditas que quieren rescatar.

Esto es cuánto debe ser en vuestra existencia, la excelsitud y la grandeza movidas por la Fe que mueve las montañas. Esto es lo que el Hombre está perdiendo en estos tiempos de confusión material, donde el materialismo se extiende como un gran oleaje que amenaza con cubrir las playas y extenderse hasta las montañas, donde ese materialismo atroz hace que el Hombre se sumerja en una inconsciencia, y los valores poco a poco se van perdiendo: Los valores espirituales, los valores morales, cayendo en la indiferencia.

La juventud se precipita a una vorágine de pasiones, la juventud se rebela contra los sistemas sociales, y todo es contradicción, aparente comprensión, aparente equilibrio, estando a punto de llegar, tal vez, una destrucción parcial que el hombre mismo ha engendrado con sus propios desequilibrios. No es menester narrar cuadros de sufrimiento, para vuestra mente es fácil conceptualizarlo y no es la finalidad de la enseñanza en ningún momento, el plasmar cuadros de sufrimiento en vuestra mente, en vuestro interno, sino por el contrario, con la realidad que tenéis vosotros, con la realidad contundente de los sufrimientos que podéis percibir en todas las miserias humanas, vengo más bien a daros fortaleza y a daros consuelo, a daros mi apoyo y mi Amor y a dejaros sentir mi Luz en vuestro interno, para que sepáis vosotros que sois Pilares del Templo Espiritual.

Que vuestra misión y vuestra actividad, por muy humilde que la consideréis, por escasa de méritos espirituales que la tengáis calificada, he aquí que es muy importante, muy trascendente para la obra de Ascensión del Ser Humano, porque en estos tiempos de gran confusión la Luz resplandeciente trata de ser opacada doquiera que pretende surgir como un chispazo de esperanza, y vosotros, aportando vuestro minúsculo grano de arena, según tenéis conceptualizado, no os dais cuenta de la Grandeza de este aporte maravilloso que cada vez que vuestros labios se abren para mencionar palabras de Amor, para llevar las palabras de consuelo, para entregar la enseñanza que llega hasta vuestros oídos, estáis haciendo una labor Infinitamente Grande, aunque no os deis cuenta, por la rutina en que habéis caído, por el ajetreo de vuestra vida, en que los valores han dejado de ser tal. Tenéis una apreciación en sentido devaluativo de vuestras propias actividades y es tan importante que comprendáis que sois importantes para la Gran Misión Espiritual, es tan importante que comprendáis que sois como un pequeño diente de un gran engrane, del engrane cósmico, del engranaje de una inmensa maquinaria, como un reloj cósmico que está marcando el devenir del tiempo y va marcando a su vez el transcurso de este tiempo, y vosotros formáis parte de todo esto, vosotros formáis parte de esta Gran Misión Espiritual.

Y aquéllos que a sí mismos pudieran considerarse como inmerecedores de una actividad espiritual, de ser Depositarios de la Luz, he aquí que están en un error, pues cada uno de vosotros es un Templo de mi Luz, y cada uno de vuestros pasos es un mensaje de Paz y de Amor que estáis llevando. Así de importante es vuestra existencia aunque creáis que estáis crucificados, porque el dolor sale a vuestro paso, porque vuestras plantas son laceradas por las espinas, y vuestra piel sangra por toda la adversidad que hay por los caminos de la vida.


Así es entonces que vuestra vida aún llena de dolor es una vida fructífera, aunque no sepáis ver más allá de vuestras pestañas. Sois más importantes de lo que vosotros pensáis. Sois precisamente  las Bellas Flores del Vergel Florido de la Espiritualidad. Cada uno de vosotros es como una blanca flor de loto de belleza indescriptible, como una blanca flor en un pantano, que no os contamináis porque os rodeáis de Amor, que sabéis sobrevivir a pesar de toda la contaminación que hay en la mente y en el ambiente mental en el que os estáis desenvolviendo, porque habéis aprendido a orar con el sentimiento, con el corazón y no solamente con la dicción del verbo que fluye de vuestros labios, porque habéis aprendido a amar, perdonando, perdonando la injuria o la ofensa.

Porque habéis aprendido el valor de poner la mejilla izquierda cuando os abofetean en la derecha, porque todo esto habéis aprendido, amados míos que vais en el camino sin fin. Por eso os digo que sois vosotros Pilares del Templo de la Espiritualidad a pesar de que vuestra existencia esté llena de dolor. No os fijéis en tanto dolor, sino poned vuestra mirada en el Horizonte de Esperanza que abre sus brazos para ofrendaros una vida mejor, en el Horizonte de Esperanza en el cual se levanta la Luz Iridiscente del Sol que ha de llegar a vuestro propio cenit para daros la Iluminación Espiritual. Buscad esto en vuestra existencia, buscad el Reino de Dios y su Justicia, y todo tendréis por añadidura, mas no busquéis los tesoros materiales porque atado ha de quedar vuestro corazón.


Buscad pues la Grandeza que hay en vuestro interno, a través del Silencio de la meditación que os conduce a lo recóndito de vosotros mismos. Caminad por el Sendero que conduce a la elevación espiritual a través del silencio de vuestra mente y aprended a escuchar; no impongáis vuestra palabra ahí donde es mejor escuchar, aprended a escuchar para que surja el consejo sabio de vuestro Ajustador del Pensamiento (Dios en vosotros), que fluya en breves palabras, precisas y concisas, que lleven al necesitado a la consecución de la satisfacción de su necesidad, sin que vosotros os convirtáis  

 en el báculo o en la muleta en la que se apoye, sino en el verdadero Maestro que ilumine su camino para que él por sí mismo ande sus propios pasos y conquiste su propia Libertad.

No consoléis únicamente con la moneda que alimenta un día, sino alimentad con la sabiduría que le dará vida eterna por siempre y para siempre. No os dejéis llevar únicamente por el sentimiento que conmueve las entrañas, por el sentimiento que embarga al corazón. Mirad con la Luz del Entendimiento a fin de que sepáis guiar adecuadamente, porque tal vez no salvéis a nadie evitándole el dolor, sino le salvéis más dándole la oportunidad de experimentar, de vivir, de adquirir conciencia. Y esto es precisamente lo que yo hago con vosotros. No vengo a cambiar las leyes, no vengo a dar incumplimiento a aquello que por siempre debe cumplirse, es así que no os puedo liberar del dolor, si vosotros mismos no buscáis la liberación.

Si vosotros conducís vuestros pasos a los abismos de dolor, he aquí que tenéis que aprender, he aquí que tenéis que experimentar y a vuestra propia cruz habréis de llegar. Y en ella estará vuestra salvación. Es aquí donde está el significado profundo de la perfección, tanto de lo bueno como de lo malo. Aquello que vosotros conceptuáis como dolor, no es más que una fase misma de la perfección. Es así que los valores son para unos lo bueno en tanto que para  otros, lo malo. Y finalmente no os ponéis de acuerdo en dónde está el principio, en dónde está el punto de partida y de ahí se avanza hacia lo bueno hasta llegar a la suma perfecta de bondad y en el sentido inverso se arranque hacia el campo de lo malo hasta llegar a lo extremadamente pernicioso.

Vosotros osciláis en todo esto y conforme van las distintas civilizaciones, cambian los conceptos, cambia el hombre sus propias leyes, y cambia lo bueno y lo malo según la apreciación del individuo, de la colectividad, de una civilización completa. Y así tenéis conceptos que como una polaridad, siempre os referirán al bien y al mal, y que vosotros tenéis la libertad de escoger.

Desde tiempos inmemoriales ha que estoy entre vosotros señalándoos el camino para deciros dónde debéis dar el siguiente paso, llevándoos de la mano para que no equivoquéis el Sendero, mas como tenéis el sublime atributo de la libertad, del Libre Albedrío, de la elección por vuestra propia voluntad, podéis soltar mi mano y buscar vuestros propios caminos. Y es así que algunos equivocan su Sendero; mas hay la Ley Divina que protegiéndoles les reintegra nuevamente propiciando su Evolución Espiritual.

Y es este Mecanismo de Reintegración hacia el Sendero,  lo que el hombre califica como malo, porque duele, porque la medida correctiva va siempre contra su concepción de libertad, va siempre contra su sentimiento de libertad. El hombre, al sentirse libre, se yergue soberano sobre su propia individualidad y siente que puede hacer y deshacer a su propia voluntad y haciendo ejercicio de su facultad creadora, concibe en su mente aquello que conviene a sus deseos, y le resulta placentero dentro de determinadas normas de convivencia, que pueden ser transgredidas por aquél que va en busca del poder y teniéndolo, llega hasta el delirio, y entonces sí, lo ejerce indiscriminadamente.

Y en esa lucha por el poder el hombre ha llegado al caos actual sometiendo a los débiles, la mano de los poderosos está en el cuello de los hambrientos, de los ignorantes, de los pobres de espíritu. Porque son ignorantes de su conciencia y de su realidad material, ignorantes también de los Principios Espirituales.  Mas he aquí que de éstos será el Reino de los Cielos.  Os dije, “Bienaventurados los pobres de Espíritu”, dando a entender que aquéllos que estén carentes del conocimiento material, de la abundancia y riqueza del intelecto, son más susceptibles de que caiga en ellos el Grano Dorado y fructifique, de ser tierra fértil porque su Fe responde más fácilmente ante la promesa de la salvación.
De la salvación que no es material, porque no hay  tanta perversidad en su alma, ni interrogan hacia dónde serán llevados, sino entregan su alma a la causa sublime de la espiritualidad. Son dóciles al llamado y no se resisten tratando de averiguar por qué camino han de caminar, sino tomando mi Mano van por el Sendero de la Espiritualidad, con la sencillez en su interno. Prodigando bondad cada vez que su paso va sobre la tierra. Y con esto entenderéis por qué los Pobres de Espíritu encuentran su libertad más rápidamente que aquéllos que se jactan de sabios y doctos de la Ley.  Aquéllos que esgrimiendo la palabra la usan como espada de fuego para segar la vida de aquellos inocentes que en holocausto los ofrendan a los dioses del poder, los ofrendan a los dioses de la ambición.

Es así como el delirio llega a las masas, la confusión llega a las multitudes y los hombres dejan de ver su camino. Ni los hombres ni las mujeres vuelven a encontrar sus pasos, y míranse perdidos en sus propias pasiones y ambiciones; y ¿quién ha de rescatar a todos éstos? Vosotros, amados míos, Pilares de la Espiritualidad; vosotros que pensáis que no sois más que un minúsculo grano de arena. Pero acaso no veis la belleza que resplandece en vuestro corazón, porque hay la humildad de vuestra existencia, porque hay la sencillez de vuestra alma, porque hay la perseverancia en la búsqueda de mi Luz, porque no me habéis dejado de amar a pesar de que habéis caído en las tentaciones. Porque redoblando vuestra voluntad, porque renovando vuestra fortaleza espiritual después de haber caído un instante, qué importa si el instante fue de 60 ó 70 años. Toda una vida pudisteis haber perdido, pero nuevamente están vuestros pasos en el Sendero que conduce a la Eternidad.

De cierto y en verdad os digo, excelsas Antorchas que estáis brillando, excelsas Antorchas que estáis iluminando el mundo espiritual; de cierto y en verdad os digo que sois la esperanza de este mundo que está en desasosiego, que sois la esperanza de salvación porque vuestros labios he de inspirar, porque, a pesar de que os consideráis inmerecedores, sois aquéllos en quienes se puede verter la semilla que pueda germinar, crecer, y dar sus frutos de espiritualidad.

No evaluéis en menos pues vuestra existencia, porque sois las gemas maravillosas, porque sois las piedras preciosas, discípulos muy amados en quienes me complazco entregando mi Amor, las perlas preciosas de la Espiritualidad con las que voy hilvanando el rosario que han de rezar los labios de aquéllos que pretendan encontrar la salvación y no será vuestro nombre el que se ensalce, sino vuestro espíritu que es el Mío. Porque recordad que os he dicho: “Mi Padre y Yo somos Uno” y vosotros también lo sois. Aunque no comprenda vuestra mente el misterio que se encierra detrás de este símbolo, la Grandeza de la que os hablo es mi Reino, mi Reino es el Reino del Espíritu, de la Vida Espiritual. Y de esto os vengo a hablar, para que seáis, sabiendo cuanto necesitáis saber, la verdadera sabiduría que está en el interno.
No os preocupéis de razonar, ni de tratar de verificar si vais por buen camino, si vuestra causa es justa, dejádsela a vuestro Dios y Señor que Él la defenderá.  ¿Por qué os preocupáis de sobrevivir el día de mañana?  ¿No acaso a las aves del campo sobra el alimento y tienen dónde anidar?  Pues que mi Padre siendo Infinitamente Grande, así se ha de prodigar en vuestra existencia.  ¿Y pensáis que os ha de faltar?  Nada temáis, amados míos, pues el que ha construido en la roca firme de la Espiritualidad, no ha de preocuparse más que por su atuendo si es que aún pretende cubrir la desnudez de su cuerpo, más si hasta esto ha trascendido, ni la desnudez de su cuerpo le ha de sonrojar.  Porque entonces irá por los caminos tan sólo llevando el Mensaje de Paz, y los demás se han de fijar en su mensaje y no en su presencia personal.  Porque ha de cautivar su Espíritu y no su belleza material.  Porque aquél que pone los ojos en la materia no ha de ver más allá de sus pestañas, amados míos.  Y aquél que pone los ojos en la Espiritualidad, mirando está hacia la Eternidad.  Y no necesita contemplar la desnudez del cuerpo. Así es, ¿que de qué os preocupáis?

Si tenéis la Abundancia en el Espíritu, ved pues como mi Padre Eterno provee en abundancia para aquél que es más que un pajarillo, entonando sus trinos de alabanza al Señor de la Vida Eterna. Mirad cómo el Padre Eterno os da más de lo que necesitáis, y vosotros pensáis que estáis en la miseria porque acaso os falte el pan para alimentar vuestro cuerpo, porque acaso os falte el dinero suficiente para satisfacer vuestras aspiraciones materiales. Pero no habéis visto que mi Padre se ha prodigado en Abundancia Espiritual y os ha glorificado ensalzándoos en el Espíritu, morando dentro de vosotros, engrandeciéndoos más allá de la más alta montaña material.

Mirad que sois Grandes en el Espíritu, pequeños en la materia; sois Gigantes Espirituales y no os queréis ver en la verdadera dimensión de vuestra propia realidad.

Investíos de la inocencia del niño para que a través de esa inocencia podáis asomaros a los esplendores de vuestra propia realidad espiritual. Y entonces, siendo como niños, os repita nuevamente el simbolismo que encierra cuando os llamo y os digo: “Dejad que los niños vengan a mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Cuando estáis revestidos de la inocencia del infante, sois capaces de penetrar en los corazones y llevar el regocijo, llevar el bullicio de las risas infantiles y regocijar al adulto que está en sus penas, mortificado por sus angustias, mortificado por el devenir del tiempo, la incertidumbre del mañana. Pero el niño, en su realidad verdadera del momento, del instante feliz de su ilusión, convierte en alegría lo que angustia solamente había en el corazón de aquél que se preocupa por el mañana, sin ver que el Eterno Presente abarca el mañana, el presente y el pasado. Sin ver que la inocencia del niño es la lámpara que ilumina el Camino de la Eternidad

¡Cuánta Belleza hay en vosotros mismos!, cuando dais paso a la inocencia de vuestro propio ser, a los pétalos fragantes de la Rosa Crística que en la alborada surge ante la caricia del Rocío Bienhechor Espiritual.  Así debéis ser vosotros, amados míos, día a día, alborada tras alborada.  Esperanza de esta humanidad sois vosotros, discípulos muy amados en quienes me complazco entregando mi Amor, en quienes me complazco derramando las fértiles Aguas de la Sabiduría.  Sois vosotros la esperanza de este mundo, aunque vuestro mirar corto y nublado no alcance a distinguir, no alcance a descorrer el velo de la Eternidad.  Y no seáis capaces de mirar el portento de vuestra obra al llevar las semillas de la evangelización, de la prédica fervorosa y sentida de la Enseñanza Espiritual que venís recibiendo.

Benditos y Glorificados sois vosotros, discípulos muy amados, os digo una vez más, porque vosotros sois la esperanza de salvación.  Aunque no os erijáis en salvadores, aunque no os consideréis a vosotros mismos salvadores de una humanidad, por vuestra sencillez está vuestra grandeza.  A través de vuestra inocencia está vuestra sabiduría.  A través de vuestra ignorancia material está el Verdadero Maestro que refulge pleno del Conocimiento Espiritual. A través de vuestra renunciación a lo material, está el engrandecimiento espiritual.  Usad lo material como un medio y no como un fin, sed sabios en esto.
Bienaventurado sea el que en estos días de Gracia Espiritual, abre su entendimiento y puede comprender las palabras que llevan el mensaje de Paz y de Amor al corazón bienaventurado que vibra en el Amor.  Bienaventurado sea aquél que abriendo sus ojos espirituales ha podido contemplar la Grandeza Espiritual; bienaventurado aquél que abriendo sus oídos espirituales ha podido escuchar la Enseñanza Espiritual.

Benditos y Glorificados sois todos vosotros sin distinción alguna, porque ante los ojos de mi Padre Eterno todos sois por igual, lo mismo en Esencia y en Presencia, el mismo valor, porque todos sois la esperanza de este mundo que está en dolor. Llevad pues el mensaje, amados míos.  A todos os lo doy por igual, llevadlo a cada cual que se cruce a vuestro paso, a todo aquél que llegue a abrevar a vuestras fuentes.  A todo aquél que llegue a vuestro huerto,  brindadle la Rosa Crística de vuestro Amor.  A todo aquél que llegue al Edén de vuestra existencia, brindadle de los jugosos frutos que tenéis en vuestro corazón.  Porque llenos de abundancia estáis, ¡de Abundancia Espiritual!
Tomad y llevad de todo cuanto he vertido, llenad vuestras alforjas porque a todos por igual en este instante os doy la Bendición en Nombre de Aquél que me envía, pues Soy su Hijo irradiando la Luz, el Espíritu Santo, y en ósculo de Divinidad llego hasta vuestro frontal para iluminar vuestra existencia y guiar vuestros pasos por el Sendero, por el Camino Espiritual.

Mi Paz os dejo, mi Amor os doy ¡eternamente!









TEST DE PERSONALIDAD






Mira los árboles y elige, inmediatamente, el que te resulte más atractivo. No pienses ni tomes demasiado tiempo, simplemente selecciona y averigua lo que tu elección dice sobre tu personalidad.

A mí me gustó el árbol número...






USTED ES UNA PERSONA…

1. Generosa y moral (no confundir con moralista)

Quiere ser el mejor. Tiene las más altas ambiciones y cuida las normas al más alto nivel. Trabaja duro, pero no es egoísta. Trabaja porque quiere que el mundo sea mejor. La gente puede pensar que la comunicación con usted es difícil, pero para usted no es fácil ser quien es. Tiene una gran capacidad para amar hasta que le hagan daño, e incluso después… sigue amando. Muy pocas personas pueden apreciar como usted se merece todo lo que usted hace tan bien.

2. Fascinante y honesta

Usted es una persona muy responsable que se preocupa por los demás. Cree en el trabajo honesto y le resulta fácil asumir las obligaciones. Tiene buen carácter. La gente confía en usted. Se llama a la confianza de la gente. Puede aceptar muchas responsabilidades relacionadas con el trabajo. Usted es una persona brillante, de rápido pensamiento e ingeniosa, siempre tiene algo interesante que contar.

3. Inteligente y reflexiva

Es un gran pensador. Sus pensamientos e ideas son lo más importante. Ama pensar en sus teorías y puntos de vista solo. Tiende a ser introvertida. Se lleva bien con alguien que le gusta pensar y aprender. Nunca es superficial. Usted pasa mucho tiempo pensando en la moral. Usted está tratando de hacer lo correcto, incluso si la mayoría de la sociedad no está de acuerdo con usted.

4. Perceptiva y filosófica

Usted es una persona única, es un alma caritativa. A su lado no hay nadie incluso un poco similar a usted. Es una persona intuitiva y un poco peculiar, hasta estrafalaria. A menudo es mal entendida y le duele. Necesita espacio personal. Su creatividad tiene que ser desarrollada, exige el respeto de los demás. Usted es una persona que ve con claridad los lados luminosos y oscuros de la vida. Usted es muy emocional.

5. Segura de sí misma y dominante

Usted es muy independiente. Su principio rector en la vida es: “voy a hacerlo a mi manera”. Confía sólo en sí misma. Sabe cómo mantenerse fuerte para usted y sus seres queridos. Usted no tiene miedo de perseguir sus sueños, sabe lo que quiere y va a su encuentro. Lo único que exige de la gente es honestidad. Usted es lo suficientemente fuerte como para aceptar la verdad.

6. Amable y sensible

Usted construye fácilmente relaciones con la gente. Tiene muchas amistades y le gusta hacer su vida mejor. Le gusta ayudar. Usted tiene un aura cálida, luminosa y brillante, que hace que las personas se sientan bien cuando están cerca de usted. Muy fácilmente la gente se siente bien en su presencia. Todos los días usted piensa en cómo llegar a ser aún mejor. Quiere ser perspicaz, interesante, profundo y único. Necesita amor más que nadie en el mundo. Usted es una persona dispuesta a amar incluso a quienes no le corresponden.

7. Feliz e imperturbable

Usted es una persona muy sensible y comprensiva. Escucha con atención y sin prejuicios. Cree que todo el mundo tiene su propio camino en la vida. Está abierta a personas y a acontecimientos nuevos. Usted es muy resistente a la tensión, rara vez se preocupa, tiende a ser una persona muy relajada. Siempre se las arregla para disfrutar de un buen momento sin perder su propio camino.

8. Encantadora y llena de energía

Usted es una persona alegre y divertida que sabe hacer reír a la gente. Está en armonía con el universo. Es espontánea y llena de entusiasmo. Usted está siempre "a favor", sobre todo cuando se trata de alguna aventura. Con frecuencia sorprende e incluso impacta a la gente. Pero eso es lo que es… Siempre permanece fiel a sí misma. Usted tiene muchos intereses y si algo resulta de particular interés para usted, investiga a fondo y no descansa hasta que adquiere un conocimiento profundo de la materia.

9. Optimista y con suerte

Usted cree que la vida es un regalo. Trata de conseguir lo máximo y le da el mejor uso posible. Usted es una persona que está inmensamente orgullosa de cuanto ha hecho en la vida, está orgullosa de sus logros. Con sus seres queridos, está dispuesta a compartir alegrías y tristezas. Usted tiene una actitud muy saludable en la vida. Usted ve siempre ‘la taza medio llena’. Utiliza todas las oportunidades para perdonar, aprender y crecer, sabe que la vida es demasiado corta como para hacer otra cosa.


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http://saikuhayotravidaposible.blogspot.com.es/2013/11/test-de-personalidad.html




Zen








El despertar, dentro del budismo Zen, tiene carácter súbito pero, debido a los numerosos obstáculos a los que nos enfrentamos, muchas veces requiere de una constante práctica y ejercicios para ser alcanzado. Para expresar esta verdad, el Zen elaboró unas figuras referentes al “Pastoreo del buey”, que se hicieron muy populares y que representan las diversas etapas del proceso de despertar. El buey, en esta historia, simboliza nuestra mente, la cual puede llegar a ser una buena sirvienta, pero es pésima en su rol de ama. A continuación, las diez figuras que describen la búsqueda, la domesticación y el pastoreo del buey, simbólicamente el proceso de despertar de nuestra mente.







1. Buscando al buey

El buey nunca se hubo perdido. ¿Qué necesidad hay de buscarlo? Solamente porque estaba separado de mi verdadera naturaleza, es que no pude encontrarlo. Debido a la confusión de los sentidos, estoy perdiendo sus huellas. Lejos de casa, miro las encrucijadas, pero ¿cuál es el camino correcto? nunca lo sé. La codicia y el miedo, el bien y el mal me confunden y me enredan cada vez más.



2. Hallando las huellas

Comprendiendo las enseñanzas, empiezo a descubrir las huellas del buey. Luego, aprendo esto: así como muchas herramientas están hechas del mismo metal, así también millones de entidades están hechas del mismo ser. A menos que yo discrimine entre ellas, ¡no es posible que perciba la verdad como si fuera mentira! Aunque todavía no he entrado por la puerta, aun así ya puedo vislumbrar cuál es el camino, gracias a las huellas.



3. Percibiendo al buey

Cuando uno escucha la voz, se puede saber de dónde proviene. Tan pronto como los seis sentidos emergen, se traspasa la puerta. Dondequiera que uno vaya, se puede ver la cabeza del buey que está en todas partes: como la sal en el agua o el color en la sustancia. Esta sublime visión ya no se aparta de mí.



4. Atrapando al buey

El habitó los bosques por largo tiempo, pero ¡hoy va a ser cautivado! El caprichoso paisaje obstruyó la visión. Añorando los dulces pastos, el buey empezó a deambular otra vez. Su mente aún es desenfrenada y poco perseverante. Para someterlo, tendré que usar mi látigo.



5. Domesticando al buey

Cuando un pensamiento surge, otro lo sigue. Cuando el primero salta desde la iluminación, todos los subsiguientes son verdaderos. Por culpa de la falsa ilusión, uno hace todas las cosas inciertas. La falsa ilusión no está causada por la objetividad, sino más bien es el producto de la subjetividad. La tarea es: sostener las riendas firmemente y no permitir las dudas.



6. Cabalgando al buey camino a casa

El forcejeo está superado; tanto las victorias como las derrotas fueron asimiladas. Canto la canción del guardabosque y afino mi tonada para jugar con los niños. Montado en el buey, observo las nubes. Camino hacia adelante, sin preocuparme por si algo o alguien pueda hacerme retroceder



7. Yendo más allá del buey

Todo es uno, no hay dualidad. Para nosotros, el buey es tan sólo un tema pasajero. Es sólo como si fuera una trampa puesta para capturar al conejo o una red para pescar al pez. Esto se parece al oro que se asoma de la escoria o a la luna que emerge de entre las nubes. Un camino claramente iluminado a lo largo del tiempo, sin fin.



8. Yendo más allá del buey y de uno mismo

La mediocridad se ha ido. La mente está despejada de las limitaciones. No estoy buscando un estado de iluminación. Tampoco continuo donde la misma no exista. Desde que no persisto en ninguna condición, los ojos de los otros no pueden verme. Aunque miles de aves desparramaran flores sobre mi camino, para mi, semejante elogio no tendría importancia alguna.





9. Alcanzando la fuente

Desde el comienzo la verdad era clara. Suspendido en el silencio, observo las formas integrando y desintegrándose. Uno que no tiene apego a las “formas” no necesita ser “re-formado”. El agua es verde esmeralda, la montaña es azul índigo y contemplo aquello que es creado y aquello que es destruido.




10. Entrando al mundo

Estando al otro lado de la puerta, ni diez mil sabihondos sabrán quién vive allí. La belleza de mi jardín es invisible. ¿Por qué debería uno buscar y seguir las huellas de los que nos precedieron? Me voy al mercado con mi botella de vino y retorno a casa con mis cosas. Hago una visita al mercado y a la tienda de vinos, y cada cual a quien miro, se convierte en iluminado.


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