Capítulo VIII ¡ESCUCHE LA VOZ INTERIOR! de CLAUDE BRISTOL en EL PODER ESTA EN USTED







VIII


¡ESCUCHE LA VOZ INTERIOR!



Mahatma Gandhi, al llegar a Inglaterra en busca de una solución de los problemas de la India, dijo:

"Hago esto porque me lo dice una voz interior".


Gandhi se refería a un "algo" interior. Llámese poder, llámese algo sobrenatural, llámese lo que se quiera. Algunos dicen que es la mente subjetiva. Otros la llaman la mente subconsciente. Otros, el pensamiento universal. Otros dicen que los impulsos interiores son corazonadas. O mensajes divinos. Los espiritistas dicen que es una voz del más allá. Sea lo que fuera, da resultados, y uno debe aprender a adquirirlo.

No me refiero a una voz que se oiga exteriormente. Estoy seguro de que Gandhi tampoco quería decir eso. Pero "algo" de su interior le hablaba, indudablemente, positivamente; y cuando habló, Gandhi siguió las indicaciones que le llevaron a Inglaterra, y habría seguido las que le llevasen a cualquier otro lugar. Sabía que aquella "voz interior" le guiaría bien, que cuando él había preparado su mente para "oír" esta voz, podía esperar confiadamente un mensaje definido.

Gandhi no trató de forzar esta "voz" para que le hablase en una determina ocasión, o para que influyese en lo que él quería. Gandhi era un líder espiritual de gran humildad y autoabnegación. Siempre colocaba el propósito y el principio sobre sus necesidades o deseos personales. En eso residía el gran poder que tenía sobre los gobiernos y sobre el pueblo. No tenían nada que ofrecerle... excepto la justicia. Sabían que no podían esperar componendas; que cuando estaban en presencia de aquel hombre santo, tenían que enfrentarse... con la verdad. Por grandes que fueran las presiones a que sometiesen a Gandhi, él no se movía hasta que hablase su "voz interior".

Harán bien en cultivar esa "voz". Todos los grandes hombres y mujeres la escuchan. Pueden no describir esta dirección interior en las mismas palabras y la "voz" para ellos puede ser un sentimiento o convicción indefinible que siempre viene cuando hay decisiones importantes que tomar, si callan interior y exteriormente y se limitan a escuchar.

¡Es difícil escuchar! De niño, pudo haber sentido deseos de gritar y patalear para que alguien se fije en usted. De adulto, pudo haber tenido algún éxito mediante la dominación. En tal caso, desarrollar el arte de escuchar con su oído y su mente interiores los consejos que vienen de las profundidades de su ser, la parte divina que usted tiene, una inteligencia superior, o lo que usted quiera llamarlo, no será fácil.

EI difunto Thomas A. Edison solía escuchar esta "voz interior". Cuando trabajaba en un invento y trataba de lograr la idea básica, para que el invento funcionase acumulaba todos los datos conocidos en su mente consciente, y luego se acostaba en un diván de su laboratorio, esperando que la idea le viniera de la nada.

Los colaboradores de Edison solían seguir trabajando mientras el "viejo" se echaba "la siesta". Pero a su debido tiempo Edison se levantaba con la respuesta; pero siempre venía de aquel modo, cuando Edison estaba preparado mediante la investigación, y había estimulado suficientemente al poder interior para que le proporcionase la respuesta.

¡CÓMO LO HIZO EDISON!

Una crónica periodística, de fecha 21 de octubre de 1931, nos cuenta cómo Edison, trabajando con sus colaboradores de hacía más de cincuenta años, Fred Ott y Charles Dally, resolvió finalmente el secreto de hacer caucho sintético.

El artículo: "El lunes, Mr. Edison comenzó a sumirse en un estupor. (Estaba dando a la voz interior una oportunidad de hablarle). Pero Dally y Ott estaban aún dedicados a sus experimentos. Y la noche del martes, la solución vino a él, procedente de la nada". (Este es un buen modo de referirse a la mente interior de Edison, o a las mentes interiores de sus colaboradores.) Lo que ocurrió, sencillamente, fue que el poder creador de las mentes de estos tres científicos finalmente les dio la respuesta que estaban buscando. Esta respuesta vino inesperadamente. No era el resultado del pensamiento consciente ni de la meditación. ¡Pum... y allí estaba! La voz interior había hablado... cristalizando y destilando toda su labor pasada, entonces guardada en la conciencia, y presentando a aquellos hombres, como en un relámpago, la respuesta al problema: ¡el modo de hacer caucho sintético!

La vocecita siempre habla cuando uno ha decidido lo que quiere y está dispuesto a luchar por ello. Sólo cuando uno está alterado, preocupado, indeciso o temeroso no se puede oír la "voz interior". Uno la ahoga con la propia interferencia.

Si su vocecita le sugiere que pida algo, no vacile en ello. No tiene nada que temer. El otro no le ayudará jamás, si no conoce sus deseos; por lo tanto, hay que pedir.

O si siente que debe hablar de algo a una persona, no vacile. ¡Vaya y hágalo!

Un hombre me escribió desde Inglaterra que había estado leyendo La magia de creer y que aquello había alterado su vida. Me dijo: "Alguien me había estado usando indirectamente, para que hiciera algo que yo no quería. Yo sufría mucho por ello pero no quería encolerizar a la persona que me lo pedía. (El miedo me impedía hacerlo.) De repente, mientras estaba quitando las malas hierbas de mi jardín, y pensando en la situación, algo pareció invadirme, una voz interior me habló, y me ordenó que no tuviera ya miedo. Yo dejé mi azadón y fui a decirle a la persona en cuestión lo que pensaba, terminando con su persecución. ¡Le aseguro que desde entonces me siento como un ser distinto!"

APRENDA A CONOCER SU VOZ INTERIOR

Cuando la voz interior habla realmente, es síntoma de que usted está pronto para actuar. Deje el azadón, como hizo el inglés, o lo que está haciendo, y haga lo que se siente impulsado a hacer. Pero asegúrese de que ha aprendido a reconocer la "voz interior", y que no se trata de deseos, miedos o imaginaciones suyos.

Juana de Arco era una campesina francesa, pero oyó hablar esa "voz". Siguiendo sus instrucciones, inspiró a los franceses para que arrojasen a los ingleses de Orleáns, y permitió que Carlos fuese proclamado rey de Rheims.
Jesús oyó que le hablaba la voz de Dios, y siguiendo sus instrucciones, elevó espiritualmente a toda la humanidad.


Abraham Lincoln, durante las últimas horas de la noche, en los momentos críticos de la Guerra Civil, escuchó la "voz interior", y a causa de los mensajes que recibió de ella, llegó a muchas graves decisiones que salvaron la Unión.

Los personajes de Mark Twain solían hablar con él. El oía su diálogo mentalmente y se limitaba a escribirlo. Mark Twain confiaba grandemente en sus poderes intuitivos, creía en las corazonadas, y siempre escuchaba "la voz".

Para tener idea de la mente subjetiva o subconsciente hay que hacer receptiva la mente consciente. Claro que todos sabemos que la mente consciente es la que razona, pesa y calcula. La mente subconsciente no hace nada de estas cosas. Se limita a pasar ideas a la mente consciente.

Probablemente ha oído decir a la gente:

"Siga sus corazonadas".

¿Qué son esas corazonadas?

¿De dónde vienen?

Provienen de la actuación de la mente subconsciente.

Los psicólogos nos dicen que para poner la mente humana en un estado receptivo, hay que descansar. Si alguna vez se ha visto sobre la mesa del masaje, y el masajista le ha dicho que descanse, ya sabe lo que es.

Deje el cuerpo flojo. Si al principio le cuesta trabajo, pruebe con un brazo, con ambos brazos, con ambas piernas, hasta que todo el cuerpo se haya aflojado. Entonces, la mente se aflojará automáticamente también. Cuando haya cumplido esto, concéntrese en lo que desea; entonces se producen las corazonadas. Apodérese de ellas, y haga lo que le indica la vocecita. No razone ni arguya, sino que haga lo que se le indica e inmediatamente.

Comprenderá lo que los psicólogos, místicos y eruditos quieren dar a entender cuando dicen que se descanse y no se piense en nada, cuando se desea apelar al subconsciente y hacer que hable la vocecita interior.

Cuando se avanza más aún, se comenzará a comprender lo que los videntes orientales pensaban al decir:

"Poneos cómodos, meditad, entrad en el gran silencio, continuad meditando, y vuestros problemas se desvanecerán".

El camino ante ustedes se iluminará y sus cargas irán cayendo, una por una.

¿Hay algo más claro que el Avance del peregrino? Mi mensaje no es distinto del de Buyan. Solamente que como dije antes, lo estoy expresando con palabras diferentes.

La "voz interior" puede guiarles, dormidos o despiertos, si se acostumbran a confiar en ella.

Una joven esposa de Fort Worth, Texas, se despertó una noche con una sensación de apremio. La "voz interior" le ordenaba que se levantase y recorriese su departamento. Su marido y su hijito estaban durmiendo, todo parecía normal, pero ella no podía librarse de su sensación angustiosa. Para calmar sus nervios, salió de la cama, y se vio impulsada hacia el cuarto de baño. Allí no parecía haber nada en desorden, pero ella se vio impulsada a abrir la canilla del lavabo. En cuanto lo hizo, salió agua caliente seguida de nubes de vapor. Las cañerías comenzaron a hincharse. Se había estropeado el control termostático del sótano, y si esto no se hubiera descubierto, la caldera habría estallado a los pocos minutos, destruyendo la casa entera.

SIGA LAS INDICACIONES DE SU VOZ

Tenga en cuenta sus corazonadas, siempre que se produzcan. No cierre los oídos a la "voz interior". Su mente interior sabe cosas que desconoce totalmente su mente consciente.

He oído decir a la gente: Algo me dijo que debía desconfiar de esa persona, que debía haber hecho esto, o debía no haber hecho lo otro... pero yo no hice caso hasta que fue demasiado tarde. Ahora querría haber seguido mis corazonadas. "Ese algo" trata de servirle, en muchos aspectos, si usted lo deja.

Una viuda, que quería hallar un hombre para ella y casarse de nuevo, sintió el impulso de salir de Nueva York e ir a California para comprar una casa. Fue a visitar a unos amigos de Long Beach, que la llevaron a ver una finca, que estaba en venta. La viuda se enamoró de la casa. En lugar de comprar la casa, se casó con el viudo, y obtuvo la finca. Es una de las parejas más dichosas que conozco. En este caso la "voz interior" la hizo recorrer tres mil millas para hallar la respuesta a su deseo.

Pero uno no recorre tres mil millas con la esperanza de hallar el amor, a menos que se tenga la misma dirección clara que tuvo esta mujer. Su amor puede estar a la vuelta de la esquina, esperando en un ómnibus, en una tienda, en el consultorio de un dentista, en un parque, en una biblioteca, en una reunión. Pero si imagina hallar el hombre o la mujer indicados, con la fuerza y la persistencia suficientes, sentirá el impulso de estar en un lugar determinado para reunirse con él o con ella. ¡Recuerde! ¡Los iguales se atraen! Y alguien puede estar buscándolo a usted con la misma ansiedad con que usted busca. Como las mentes subconscientes no están limitadas por el tiempo ni por el espacio, tarde o temprano entrarán en contacto, y la "voz interior" le enseñará cuál es la persona para usted.

REALMENTE NO SE "OYE" LA VOZ INTERIOR

De vez en cuando, encuentro hombres y mujeres que dicen, con toda seriedad, que "oyen voces". Esto es totalmente diferente de la "voz que guía", y con frecuencia es signo de un estado de alucinación, adquirido mediante alguna perturbación emocional o dolencia nerviosa. Tal estado no es deseable, y hay que prevenirse contra él. Dichas voces son tan "reales" que las gentes que las oyen están convencidas de que sufren la obsesión de alguna entidad desencarnada o de algún individuo vivo que tiene designios sobre ellos. Cuando existe dicho estado, generalmente, les aterra.

Estaba yo en la oficina de Johnny Neblett, un comentarista de radio, en Chicago, cuando una joven atractiva se presentó sin anunciarse y le dijo:

Bien, aquí estoy. Me ha llamado y he venido. ¿Qué quiere de mí?

Mr. Neblett se quedó mirando asombrado a la joven, decidió que aquello era una broma y se echó a reír.

Esto no es asunto de risa —dijo la mujer sumamente enojada—. Me paso las noches sin dormir... usted me está hablando siempre. Oigo continuamente su voz. Tiene que impedirlo. ¡Me está volviendo loca!

Esto calmó a Johnny, que se volvió hacia mí en demanda de ayuda.

Este señor es un psicólogo —dijo al presentarme a la mujer—. Yo no la he llamado ni le he hablado. No la he visto hasta ahora. Estoy seguro de que se trata de imaginaciones suyas. Él se lo explicará.

¡Tan naturalmente! Me había dado una buena labor. Esta joven, evidentemente, tenía una alteración nerviosa y se le había producido una fijación del comentarista al escucharle por la radio. Algo en su voz la despertó emocionalmente, y se sugestionó pensando que había oído su voz "en su cabeza" como dijo.

Pienso en él constantemente, y es igual como si estuviera al lado suyo, insistió. El miente. Realmente me quiere. Me ha atraído telepáticamente.

No necesita haberme visto antes. Su mente es tan fuerte que puede alcanzarme y hacer de mí lo que quiera.

Yo tardé varias horas en convencer a esta mujer de que la voz que había oído era creación de su conciencia, emocionalmente perturbada. Durante aquel tiempo, acusó al comentarista de tener designios sobre ella, y pidió que la "liberase". Cuando finalmente se convenció y se fue, muy avergonzada, pidiendo perdón por la alteración que había causado, y dándome las gracias por libertarla de su ilusión, el comentarista amigo mío tuvo un colapso nervioso.

—Otro caso igual —dijo— ¡y dejó la radio!

Cito esta experiencia para poner en claro que la "voz interior" no tiene nada que ver con esta clase de voz. No es realmente una voz, en el sentido externo de la palabra. Es una inteligencia, una idea súbita, o un relámpago intuitivo que procedente del subconsciente se comunica con uno y le da la sensación definitiva de lo que debe hacer o decir o en qué dirección moverse con respecto a algún problema o situación.

Se puede con alguna práctica y aprendizaje distinguir siempre una corazonada o la "voz interior" del modo en que uno siente cuando se imagina algo dejándose llevar de sus deseos. Esta diferencia no puede expresarse con palabras, pero se reconoce. Y uno no debe dejarse arrastrar por las malas impresiones. Debe saberse, en lo profundo del ser, cuándo habla el verdadero yo desde el centro del ser de uno... el centro creador.

Entonces, como Gandhi, se actuará con confianza, haciendo frente a las expresiones de la vida, tal como debe hacerse, y diciéndose: "Hago esto porque me lo dice una voz interior"



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