Capítulo I "ESE ALGO DENTRO DE UNO" QUE SE LLAMA T N T de CLAUDE BRISTOL






EL PODER ESTA EN USTED
Claude M. Bristol (1891-1951)



I

"ESE ALGO DENTRO DE UNO" QUE SE LLAMA T N T


Para los que quieren aprender y progresar tengo un mensaje. Lo entrego sin temor alguno, como no sea temer la completa revolución de su mundo, porque trae salud, riqueza, éxito y felicidad, siempre que se comprenda y acepte este mensaje.

Hay que recordar que el TNT es un explosivo peligroso; por lo tanto, hay que manejarlo cuidadosamente. A través de los siglos, su poder ha destruido a los que han hecho mal uso de él. Por lo tanto, hay que tener gran cuidado y sólo darle el empleo adecuado.

Dicho poder queda probado en las enseñanzas de la Biblia, ciertas leyes físicas, bien establecidas, y finalmente, mediante el sentido común. Hay que leer y determinar por sí mismo si las pruebas que ofrezco carecen de valor.

Algunos verán sólo el lado espiritual, otros reconocerán las verdades científicas, y otros, aún, lo aceptarán como un método práctico para el camino del éxito. No importa: hay muchos que conocen la verdad y abrirán sus mentes para que la luz las ilumine brillantemente.

Yo debo este conocimiento a un viejo amigo mío, un técnico en rayos X y aparatos de alta frecuencia eléctrica, el cual, cuando yo era muchacho y hacía experimentos con la electricidad, llamó mi atención hacia el primer trocito de TNT que tenía en el bolsillo. Entonces yo no sabía de qué se trataba, y no le comprendí, pero afortunadamente lo he conservado a través de los años.

Al mirar hacia atrás, me doy cuenta de que no me obligué a comprender lo que era. El creía en mí, y sabía que lo aceptaría cuando llegase el momento.

Tardé casi treinta años, durante los cuales estuve buscando por todos los caminos, para ver si hallaba "ese algo" —el secreto— TNT.

Y todo aquel tiempo lo tenía en mi bolsillo, al alcance de mi mano. Sin embargo, ahora lo tengo bien asegurado, y lo compartiré cordialmente, sabiendo que si se usa con prudencia, acabará con todos los obstáculos y afirmará el camino que se ha querido recorrer toda la vida.

¿POR QUÉ ESTÁ USTED TAPIADO?

Durante muchos años he sido periodista, en su mayoría con carácter extraoficial. He conocido a muchos grandes hombres y mujeres y entrevistado a mucha gente famosa. Naturalmente, los estudié y traté de comprender cuáles eran las cualidades peculiares que poseían y que les colocaban por encima de los demás. Pero su secreto se me escapaba.

Entonces vino la Primera Guerra Mundial, y me pregunté por qué los demás progresaban mientras yo quedaba frustrado en mis ambiciones. Sin embargo, la guerra me enseñó que podía dormir en el barro, comer pan mohoso, y vivir y reír a pesar de ello. Esto forma parte de mi TNT, por lo tanto, se debe recordar lo que aprendí yo. Me ayudó a dar al Medio un golpe en el plexo solar, y creo que les puede servir a ustedes.

Esperando hallar el camino real de la fortuna, leí cientos de los llamados libros "de éxito", pero no me llevaron a ninguna parte. Hice lo mismo con libros de filosofía y psicología, pero el gran secreto aún estaba muy lejos de mí. Ingresé en hermandades secretas, esperando hallar en ellas lo que buscaba. Sin embargo, igual que el trocito de TNT en mi bolsillo, el secreto estaba en todos los libros, en todas las grandes órdenes, en todas partes, en realidad, debajo de mis narices, pero había algo que me impedía verlo.

Hay que determinar por sí mismo qué le impide a uno alcanzar el TNT. Allí está. Si no se encuentra en la palabra escrita, hay que leer entre líneas, tal como yo me he esforzado en presentarlo a ustedes.

¿TIENE MIEDO?

Después de la guerra entré a formar parte de una organización bancaria, y durante años acaricié numerosos sueños —como ocurría con miles de personas en todos los campos del comercio— para descubrir luego que los castillos en el aire que había construido tenían una base muy endeble.

El cataclismo que volvió al mundo patas arriba, en el sentido financiero —la depresión de 1929—, acabó con mis castillos en el aire, y me asusté. Me sentí perdido, en medio de la niebla. Adónde me volvía, algo fracasaba. Como jefe de la organización, mis responsabilidades se multiplicaban. Nuestro negocio, debido a los cambios económicos que tenían lugar en el mundo, se veía frente a una crisis. Mucha gente, incapaz de comprender la catástrofe comercial que se multiplicaba, hacía críticas. Todo esto trajo preocupaciones y muchas noches de insomnio. Llegué a tener miedo de ir al trabajo, temeroso de que cada día trajese nuevas miserias.

Las semanas transcurrían, y la situación empeoraba. Me sentía desconcertado. Varias veces hablé de abandonar el negocio; y un día, a fines de junio de 1931, me decidí a dejarlo. Se lo comuniqué a una de las mujeres con quienes estaba asociado comercialmente durante varios años, y sólo vi reproches en sus ojos.

Aquella noche traté de dormir. Nuevamente me fue imposible. Estuve paseándome durante horas enteras, cuando a eso de las 3.30 de la madurada me detuve bruscamente y me senté. Me vi frente a frente conmigo mismo.

Podía seguir la inclinación de huir y dejar que los demás siguieran solos, o podía quedarme y hacer lo que pudiera; un deber que yo sabía que era mío. Me sorprendí diciendo, casi en alta voz:

"Lo justo es justo. Siempre lo ha sido. No puede ser de otra manera"

Esto era algo que me habían enseñado desde la infancia. ¡De repente me parecía un descubrimiento!
¡PROCEDENTE DEL AIRE!

Del aire vino una voz que decía: "¿Qué has estado buscando todos estos años? ¿Qué te han enseñado?
¿Qué has aprendido? ¿Dónde has estado? ¿A dónde vas?"

Me puse en pie de un salto, exclamando: Yo sé. Ahora lo sé. Conozco el secreto. Eso era lo que trataron de enseñarme. ¡También es el Secreto Real! Algo me dijo que hallaría idénticas palabras en un libro que me habían dado muchos años antes, y que había tratado de leer, pero sin llegar a entenderlo. Estaba escrito por un gran hombre, Albert Pike, místico, poeta y erudito. Sacándolo del estante, lo hojeé febrilmente. Allí estaban las palabras, y comprendí inmediatamente.

ABRA SU MENTE

Entonces tenía la clave. Veía un camino ancho y llano, y al final de aquel camino, una inundación de luz.

"Ese es el camino en que estás ahora. ¡Qué tonto has sido! Han tratado de enseñarte, y tú has cerrado tu mente... pensando que sólo tú podías hallar el camino y seguir por él".

Me sentí abrumado de gozo. Mis miedos, mis preocupaciones, habían desaparecido. Sonreí. Sabía que estaba en lo cierto, y que desde ahora todo se me solucionaría. Dormí como un niño.

Aquel día había una atmósfera diferente en la oficina. Las amenazadoras nubes negras que pendían sobre nosotros comenzaron a desvanecerse. Le dije a la mujer —la que me lanzó la mirada de reproche—lo que había sucedido, y ella me sonrío comprensivamente. Me ayudó a volver al buen camino y nunca se lo agradeceré bastante.

Como dijo un sabio: "Todos hemos nacido con la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, y con la capacidad de lograr, pero algunos de nosotros tenemos que darnos de cabeza contra un muro de piedra y destrozarnos, antes de saber de qué se trata".

Choqué ruidosamente contra el muro, y fue lo más grande y lo mejor que me sucedió.

Muchos, al notar la transformación, me pidieron explicaciones. Las di a algunos de mis amigos más íntimos. Sabiendo que ayuda, las comunicaré a mis lectores.

¡TAP-TAP-TAP!

Poco a poco. Como una gotita de agua, tap-tap-tap, el TNT se irá llevando todos los antiguos miedos, dudas y prejuicios, haciendo lugar a las nuevas ideas, a los nuevos conceptos y a nuevas verdades.

Tap-tap-tap: es una oportunidad que llama a las puertas de la mente. Hay que abrir la mente para dejar entrar este conocimiento.

Desde el día en que decidí pasar a los demás esta carga de TNT, ha sido utilizada por millares de individuos, firmas y organizaciones. Además, he hablado y dado conferencias, en persona y por radio, a otros muchos millares; y me congratulo en poder decir que, sin excepción, han obtenido resultados magníficos los que han comprendido y aplicado los principios y mecanismos aquí esbozados.

¡TAP-TAP-TAP!

Se puede obtener todo de una vez, o se puede tomar algún tiempo para preparar la mente, de modo que el poder que tiene uno pueda producir su efecto. Pero no hay que esforzarse demasiado. Hay que estar seguro de que el poder está ahí, y aprender a hacer uso de él.

Cuando yo fui despertado, la moral de nuestra organización estaba bajísima. Todos se hallaban desanimados. Aterrados. El rigor de las circunstancias nos obligaba a cambiar totalmente de actitud.

¡LO JUSTO ES JUSTO!

Mi deber era hacer cuanto pudiera para ayudar a los demás, porque sabía que eso era lo justo. Al principio estaba perplejo acerca de los métodos que debería emplear para ayudar a los otros, pero usé mi sistema propio, apelando al subconsciente, y la voz interior dijo que debería hablarles.

Algunos eran escépticos, pero yo me dije: — ¡Puedo probarles que estoy en lo cierto!

Y durante las semanas siguientes, pasé todas las horas examinando los libros que había estudiado. Naturalmente la Biblia era el primero de ellos; luego venían los estudios sobre ciencia Yoga, la filosofía de los antiguos griegos, los maestros romanos y los maestros y eruditos de épocas posteriores. De nuevo deliberé sobre las Meditaciones, de Marco Aurelio, releí la Ley de los fenómenos psíquicos, de Thomas Jay Hudson, y otro libro, El quid de ello, escrito por un brillante físico, Haydon Rochester.

Nuevamente estudié mis libros sobre física, electricidad y las vibraciones de la luz, y descubrí que no sólo tenía razón, como creía, sino que en todos ellos estaban los mismos principios generales. Releí numerosos libros de psicología y hallé lo mismo en ellos. Por consiguiente, cité algunos extractos y ¡oh maravilla!, todo comenzó a movilizarse.

¿DÓNDE ESTÁ SU APARTADO?

Al mirar en torno mío, hice la significativa comprobación de que los hombres y las mujeres que usan este poder son gentes que siempre ocupan la primera página de los periódicos. Hay algo que les hace abandonar sus circunstancias vulgares, y se elevan sobre el nivel corriente.

No se trata de que uno quiera hacerse famoso en este sentido, pero, sin embargo, hay que convenir en que las gentes que han desarrollado hasta el máximo esta potencia interior se han hecho famosas necesariamente. Esto no quiere decir que busquen la publicidad, porque algunos de ellos son muy reticentes. (Por ejemplo, Greta Garbo.) Otros adoptan ciertas peculiaridades o usan determinados mecanismos, para destacarse por encima de sus semejantes. Algunos emplean una sonrisa eficaz (Dwight Eisenhower), otros fruncen el ceño (John L. Lewis), otros llaman la atención por los sarcasmos que dirigen a las gentes y a las costumbres (George Bernard Shaw), y otros tienen un cierto encanto en los modales (Eleanor Roosevelt).

El cabello largo (como muchos músicos y directores, por ejemplo, Leopoldo Stokowski), las patillas (los hermanos Smith), el monóculo (Charles Coburn), también desempeñan su papel. Las túnicas y los trajes especiales también lo tienen (Mark Twain y sus famosos trajes blancos).Otros llaman la atención mediante corbatas rojas, botines, modales afectados e incluso por el número de sus matrimonios y divorcios (Tommy Manville).

El mundo se fija en lo inusitado, lo anticonvencional, y en los individuos no inhibidos, y las gentes famosas generalmente corresponden a estas clasificaciones. Son diferentes, en uno u otro aspecto. Algunos deliberadamente ponen de relieve sus diferencias. Otros no se preocupan de lo que la gente puede pensar de ellos. Están demasiado ocupados en ser ellos mismos, y hacer lo que quieren, sin preocuparse de si hacen o no buen uso de su poder de TNT.

Hay muchos que dominan el arte de la oratoria, la ciencia de la guerra, la banca, la política, el arte; pero todos ellos son famosos, popularmente. Su número constituye una legión. Menciono unos pocos históricos y actuales: Demóstenes, Nerón, Julio César, Cristóbal Colón, Galileo, Cleopatra, Balzac, Maupassant, Sir Isaac Newton, Juana de Arco, Crorriwell, Edgar Allan Poe, Benjamín Franklin, Alexander Hamilton, Bismarck, Alexander Graham Bell, el general Grant, Abraham Lincoln, Cecil Rhodes, P. T. Barnum, Clemenceau, Lord Kitchener, Woodrow Wilson, Sir Thomas Lipton, Mussolini, Hitler, Winston Churchill, José Stalin, Lenin, Franklin D. Roosevelt, Charles E. Hughes, Lloyd George, Mahatma Gandhi, Will Rogers, Douglas Fairbanks, Henry Ford, Thomas Edison, John Burroughs, Charles Lindbetg, Alfred E. Smith, Jane Adams, George Washington Carver, Al Jolson, Eleanor Roosevelt, Marian Anderson, Ralph Bunche, Harry Truman, Jawaharlal Nehru, Dwight D. Eisenhower, Ezio Pinza, Bernard Baruch, James Stewart, Jane Froman, Cecil B. De Mille, Albert Einstein y el doctor Albert Schweitzer. Se podría continuar, y cada hombre evocaría una personalidad, viva o muerta, única en su expresión y realización. Tales individuos se hallan en todos los aspectos de la vida. Siempre ocurrirá así, ya que su uso del poder interior los eleva al máximo de su profesión o empeño.

Se advertirá la inclusión de nombres como los de Nerón, Julio César, Mussolini, Hitler, Stalin y Lenin. Fueron brillantes a su modo, y obtuvieron sus posiciones de gran poder, mediante el uso de "ese algo" interior.

Cuando la historia los juzgue, tiene que pesar el bien que hicieron, frente al mal. Uno se puede hacer famoso usando el poder interior, mal o bien. ¡Por esa razón es a la vez tan maravilloso y tan peligroso! ¡Por esa razón hay que aprender a dominarlo; de un modo que constituya una ayuda para uno y para los demás y (si uno se hace famoso), para él el mundo!

Gandhi usó este poder, estoy seguro de ello, y creo que fue el personaje más famoso de los tiempos modernos. Hay muchas fotos donde aparece vestido con las ropas del hombre actual, pero en sus últimos años llevó rapado el cabello, un taparrabos y unas enormes gafas. No tengo derecho a decir que Gandhi adoptase esta vestimenta con ningún fin específico, pero creo que lo hizo dándose cuenta de que su apariencia contribuía a concentrar en él la atención del mundo, en bien de la causa de la India.

No trato de explicar por qué los que usan este poder son directores de escena. Pero advertirán los lectores, cuando comiencen a ejercitar este poder en su propia vida, que les hace destacarse entre sus amigos y personas queridas. Inmediatamente advertirán una diferencia en ustedes, en el modo en que se expresan, en el modo que actúan. Esto significa que uno comienza, quizás por primera vez, a ser uno realmente, a aprovechar las oportunidades que tiene a su alrededor, a desprenderse de sus viejas ideas y limitaciones, y a pedir lo que es legítimamente de uno, lo que podía haber alcanzado mucho antes, si se hubiera comprendido el modo de liberar el poder del TNT en la vida.

Recuerden: no se puede ser una modesta violeta, y obtener el reconocimiento del mundo.

"Una ciudad colocada sobre una colina, no puede estar oculta. Ni los hombres encienden una antorcha para colocarla debajo de un bushel..."

También: "Las grandes verdades de la vida sólo son conocidas por quienes están preparados para aceptarlas..."

Miles de los que usaron la fuerza interior para el mal, ocasionaron su propia destrucción. Al examinar la historia se puede seleccionar a esos hombres y mujeres.

Obtenemos de la vida exactamente lo que ponemos en ella, ni más ni menos. Esta es una vieja perogrullada, pero nunca se repite lo suficiente.

Cuando ponemos buenos pensamientos, esfuerzos constructivos, y buenos actos, recibimos en cambio cosas semejantes, porque: "El hombre recoge lo que ha sembrado".

¿Qué es "ese algo", ese TNT que mueve la Tierra? El poder que hay dentro de cada individuo, y que debe usar, si quiere llegar a ser algo en la vida.

¿Se lo han imaginado ya? Es su verdadero yo, el poder oculto de mente interior, liberado, mediante un propósito dirigido, y destinado a servir a uno en cualquier experiencia, para suprimir cualquier obstáculo y dominar cualquier situación económica, física, mental o espiritual.

¡IMAGINEN LA FUERZA!

Es la fuerza explosiva de lo que se quiere en la vida, dada por el subconsciente, y activada por la fe en uno mismo y la fe en Dios.

¡Cualquier cosa razonablemente concebida, se lleva a la realidad, con tal de que se tenga la fe suficiente en el poder interior!

Ese es su TNT: una imagen mental de lo que desea, y la fe en poder procurárselo.

Es así de sencillo: tan sencillo que hay millones de hombres y mujeres que no lo creen, no se preocupan de comprender su propio poder, prefieren seguir dándose la cabeza contra el muro de piedra de la ceguera voluntaria, la ignorancia y la obstinación, y prosiguen creando toda clase de miseria, pérdidas económicas y mala salud, para ellos mismos, a causa de su erróneo pensamiento.

Recuerden que yo estuve dando tumbos durante treinta años, con un trozo de TNT en el bolsillo. Todo lo que tenía que hacer era echar mano de un poder que me habría evitado mundos de dolor. Pero yo sabía más que los seres felices y triunfantes en torno mío, que hacían uso de dicho poder y me invitaban a compartirlo. Pensaba que podía hacerlo todo por mi mismo, que aquel éxito se debía principalmente a la suerte, y que no se podía contar con la fe ni con ningún dios. Yo estaba expuesto a esta verdad, pero no la aproveché. Me había vacunado contra ella mediante mi actitud de escepticismo.

Esperemos que ustedes no se desesperen tanto como yo, antes de buscar en los bolsillos de sus mentes y hallar en ellos el trocito de TNT.

¿Qué es esto? Han encontrado un explosivo. ¡Bien! Pongan la señal de peligro. Procedan con cautela, y prepárense para la primera explosión en su conciencia, que va a terminar con sus pensamientos erróneos, y ha de abrir un nuevo camino, que cambiará favorablemente todo el curso de sus vidas.



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Libro EL PODER ESTA EN USTED





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